Iglesia Episcopal Anglicana de Chile

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 Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer.  La ley era para nosotros como el esclavo que vigila a los niños, hasta que viniera Cristo, para que por la fe obtuviéramos la justicia. Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos a cargo de ese esclavo que era la ley,  pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios,  ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo. Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo.  Y si son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo.                     Gálatas 3:23-30